EL
ÁNIMA DEL HACHERO.
Narrada
por: Galo Carrasquero, fundador de la comunidad de
Flamenco. Escrita Por: Frank Jhonattan Weffer
Esta historia sucedió en el antiguo
pueblo de Sabilar en la que hoy conocemos como Flaménco durante una noche de
frescura y relámpagos en los Caños formados por el manglar en el borde del
Golfete de Cuare.
Como de costumbre en las tardes, los
hombres del pueblo llegaban de sus labores de trabajos y luego se iban de faena
a los caños para coger algunos peces, regresando antes de caer la noche. Cierto
día tres compadres de gran trascendencia en la comunidad decidieron irse mas
tarde de los acostumbrado para ver si tenían un poco de suerte y luego poder
vender para compensar los gastos del hogar.
Tal com lo habían planificado, los
tres compadres agarraron su canoa y se marcharon por el caño El Pasadero,
durante el trayecto se detienen para taparse y poder cubrirse del chaparrón de
agua que les estaba cayendo, al cabo de una hora cuando el torrencial aguacero
había cesado y el cielo se observaba algo despejado notándose algunas
estrellas, es entonces cuando aquellos hombres continúan su camino y llegan al
lugar. Dispuestos a tener una buena pesca dan inicio a sus labores, el mas
experimentado decide usar la atarraya, el otro toma el arpón de mano para y se
deja ir por la orilla del mangle y finalmente el tercero prefiere tomar el
cordel y quedarse en la canoa.
A pasado media hora desde que inicio
la faena y pareciera que los peces se
fueron del lugar, extrañamente se han sentido unos ruidos de arboles cayendo,
lo que por momentos los tres compadres ignoran, continuaron cada vez los ruidos
y todavía mas cerca. En un momento determinado se escucha muy cerca de los pescadores
a una persona que esta cortando un mangle, el sonido del hacha era claro y en
el momento que el árbol caía se escuchaba al posible hombre del hacha gritar
¡Eeeeyyyyy!.
Los tres compadres un poco ansiosos
por lo que esta sucediendo, tratan de averiguar cuidadosamente en los sitios de
donde provienen los gritos encontrándose todo normal, comenzaba el miedo
invadir sus mentes y cada sonido que sienten les causa más pánico y terror.
Finalmente deciden regresarse y
ruidos cada vez extraños y cerca de ellos aturden las mentes de los tres
compadres, la confusión y el caos reinaba en el lugar, los sonidos de arboles
cayendo continúan, algunos inclusive parecían por momentos que caerían encima
de ellos, no habían tocado muy bien tierra cuando estos sin importarles sus
pertenencias abandonaron la pequeña embarcación y corrieron a sus casas para
contar lo que habían presenciado.
Desde ese día, el anima del hachero
sigue en sus andares por el mangle todas las noches y si no lo creen
pregúntenle a los tres compadres.
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LA SANTICA
LA SANTICA
Era
una mañana radiante en el pequeño poblado de Chichiriviche en el Estado Falcón,
el canto de las aves cubría cada rincón del paisaje, los arboles apenas se
agitaban por la tranquilidad del viento y las aguas de la Bahía lucían como
espejo reflejando al inmenso cielo azul.
Como
siempre desde muy temprano los habitantes iniciaban con las labores del día a
día la casería, la pesca, la recolección y el trueque eran parte de las
costumbres de aquellos que vivieron y que aun viven entre nosotros, los
Caquetíos, los llamados Hijos del Sol y los primeros en enfrentar con valentía
al imperio español. Todo parecía tranquilo y calmado, pero al otro lado del
poblado en el Golfete de Cuare nadie se imaginaba lo que sucedería ese día.
Dos
frentes de batalla de tribus hermanas alistaban sus arcos, flechas, y lanzas
para enfrentarse entre si y pelear por el territorio. Encontrándose listos
ambos frentes en el Golfete de Cuare. Se dio inicio al conflicto y la violencia
se describía en las teñidas aguas del lago por el derrame de las sangre de los
guerreros. Habían pasado unos pocos minutos cuando de pronto una extraña brisa
huracanada y un ardiente e incandescente sol que parecía precipitarse al lugar
detuvo el sangriento conflicto. Los guerreros con rostros de asombro pero con
mucho temor piensan que es su Dios y que viene a castigarlos por tal situación,
algunos inclinan sus cabezas en señal de respeto y adoración. En un abrir y
cerrar de ojos una mágica luz destellante baja de lo alto y en medio de ella
una hermosa mujer vestida de blanco, camina por la superficie del agua y
abriendo sus brazos, exclama: ¡hijos míos… hermanos de una misma familia, la
tierra por el que están peleando les pertenece a todos juntos con sus riquezas.
Ya no habrá mas conflictos entre ustedes y todo cuanto haya en estas tierras
deberán compartirlas animales del monte, peces, aves, plantas y la rica sal.
Hoy como señal de hermandad me quedare en lo alto de la montaña para bendecirlos
con mi amor de generación en generación y con la sangre de vuestros hermanos
marcare mi lugar como símbolo de nuestra alianza!.
Desde
ese momento la hermandad reino entre los pueblos Caquetíos y el comercio fue
prospero. Aun continua la hermosa mujer
bendiciéndonos con su amor y brindando salud desde los alto del Cerro de
Chichiriviche y allí estará por siempre “LA SANTICA”. __________________________________________________________________________
LAS
DOS COMADRES
Sucedió
muchos años atrás en la tierra de los hijos del Sol, donde vivimos sus
descendencia, lugar de grandes pescadores y de los mas impresionantes paisajes
naturales del mundo.
Era
un viernes santo y como de costumbre el pueblo conmemoraba la pasión, muerte y
resurrección de Cristo, el rico olor a pescado frito se dejaba sentir en los
hogares y calles del pueblo, entre tanto las campanas del templo anunciaban el
traslado del Santo Sepulcro.
Había
un hombre de una gran fama en el pueblo, su nombre era Juan y lo apodaban El
Parrandero, cantante y compositor de gran casta era muy solicitado para animar
fiestas y reuniones familiares, luego de comerse unas ruedas de carite,
acompañado de ensalada, un toque de limón y la tradicional arepa de maíz,
decide Juan El Parrandero marcharse en su canoa a su acostumbrado lugar de
descanso y sitio de inspiración para componer sus canciones, cerca de Punta
Brava en el borde del Cerro de Chichiriviche en un rancho que había construido
muchos años.
Mientras
tanto doña mercedes la concubina de Juan El Parrandero y quien ha estado a su
lado por 20 años, se muestra inquieta y su amor por Juan se ha visto afectado
por un chisme que se esta corriendo en el pueblo, se dice que su comadre Ramona
se ve a escondidas con su marido.
Por
otro lado, la señorita Ramona comadre de doña Mercedes y quien nunca ha tenido
marido esta siendo victima de un macabro plan del diablo, desde hace mucho
tiempo la inducido para enamorarla de quien no ha debido. El diablo utilizando
todas sus artimañas, utiliza a la señorita Carlota la hermana de la señorita
Ramona y quien siempre ha guardado una gran codicia para que le cuente a su
hermana que Juan se ha marchado en una canoa al ranchito del cerro y que además
le a pedido a ella que quiera verla.
Movida
por la tentación y sin medir las consecuencias del acto, agarra la canoa de su
viejo padre, embarca unos barriles para
hacer creer que va en busca de agua a la morita. Una vez mas la señorita
Carlota adueñada por los malévolos planes de Satanás se acerca a la casa de
doña Mercedes y de manera presumida y malintencionada le comenta que anda
comentando por allí, que hace rato vieron a Juan salir con su canoa hacia el
cerro y que mas atrás iba una mujer también. Doña Mercedes impulsada por la
rabia, agarra un filoso cuchillo y se marcha al lugar.
Ya
en el rancho del cerro, Don Juan recita algunas canciones de su inspiración,
repentinamente se sorprende al ver a su comadre la señorita Ramona frente a el
y completamente desnuda, el parrandero quien tenia fama de mujeriego, se lanza
inmediatamente a la mujer para tomar posesión de ella. Perdidos en la pasión y
el sexo, son sorprendidos por la enfurecida doña Mercedes, quien cegada por la rabia
y la tracción se lanza ferozmente sobre su marido, atravesándole el cuchillo
por la espalda y dándole muerte. La señorita Ramona asustada e intentando
escapar en la canoa es alcanzada por su comadre doña Mercedes, desatándose la
mas cruel pelea de mujeres en medio del Golfete.
De
repente un gran abismo se abrió en el cielo y un poderoso rayo cayo sobre ellas
convirtiéndolas en piedras una al lado de la otra y sobre ellas unos zamuros,
la ira de Dios había caído sobre las dos comadres.
Desde
aquel entonces las dos comadres permaneces juntas rodeadas de zamuros y el
cuerpo de Don Juan Jamás fue encontrado.
EL FAROLOU
Autor. Frank jhonattan Weffer Vasquez.
Sucedió muchos años atrás en
un pequeño caserío llamado Flamenco al oeste del pueblo de Chichiriviche, la
luz artificial aun no había llegado en la comunidad y esa noche parecía mas
oscura de lo normal, no se veía ni un alma y el silencia era temerosa.
El pueblo de Chichiriviche quedaba a
unos cinco kilómetros del caserío por los que los trabajadores acostumbraban
marcharse antes de caer la noche, había también unos bares con muchachas muy
bonitas que solían atender a los clientes muy bien, era inevitable que los días
viernes después del trabajo los hombres de la región acudieran para tomarse
unos palitos de aguardiente y pasar un rato agradable, otros en cambio entre
copas y copas llegaban al extremo de emborracharse.
Ese día fue el caso de Domingo
Gómez, que luego de tomarse varias copas lo agarro la noche y decidió marcharse
a su casa, algunos amigos y compadres que compartían con el, le gritaban de una manera burlista ¡Compadre que le pasa
ya esta borracho! ¡No se valla mi amigo que ya vienen las mujeres!, haciendo
caso omiso, recogió sus cosas y se marcha acompañado solo con una carterita de
aguardiente que había comprado en la mañana.
Durante la semana diversos cuentos
se escucharon sobre apariciones misteriosas, como la de una luz brillante
pequeña que se veía en el horizonte y este que por momentos se acercaba
pareciéndose una bola de fuego rojiza que dejaba impresionado a quienes se encontraban con el. Algunos de los ancianos
mas viejos del pueblo comentaban que era “El Farolou”, una bola de fuego que se
transformaba de varios aspectos y que solo el que se burlaba de el, terminaba
mal.
Faltaba poco para que Domingo Gómez
llegara a su casa, cuando comienza a ver una pequeña luz brillante en el
horizonte oeste de la carretera, esto por momentos no parecía llamarle la
atención al hombre, que no se imaginaba lo que la noche le aguardaba. Luego de
un minuto la pequeña luz que en el horizonte se veía se tornaba cada vez mas
cerca en forma de una bola de fuego. Domingo Gómez sin importar aquellos
comentarios y consejos de los viejos del pueblo de los que tanto se comento
durante la semana, exclamo varias frases poco recomendadas:
¡Cualquiera que sea el pedazo de
loco que intenta asustarme, salga para caerle a coñazos!.
¡Salga pues cobarde!... ¡ Y si es el
famoso Farolou salga pa que nos echemos unos palos, si no sale e un flojo y me
tiene miedo!.
Apenas terminaba de decir tales
palabras, Domingo Gómez siente un intenso calor detrás de el, este al voltearse
y ver semejante espanto, hecho un fuerte grito que hasta personas que Vivian en
las casas mas apartadas del caserío lo escucharon, rompiendo con el silencio
que había reinado durante la noche. Estaban sentados Don Ramón y Doña Bernarda
en el corredor de su casa preocupados por la hora que era y nada que aparecía
Domingo, al escuchar aquel grito estremecedor corrieron rápidamente al lugar
acompañados de algunos vecinos, al llegar al lugar se encuentran al joven
tirado en el medio de la via, privado aun, su rostro parecía haber sido quemado
con brasa y los ojos con la mirada perdida.
Todos al ver aquella asombrosa
escena, rápidamente supieron que se trataba del Farolou. Desde ese día, Domingo
Gómez mas nunca salió de noche y como todos aquellos que se han encontrado con
el Farolou jamás quiso hablar sobre tal espanto.
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