sábado, 21 de febrero de 2015

Cayo Muerto – Historias del Parque Nacional Morrocoy


Cayo Muerto – Historias del Parque Nacional Morrocoy
La más cerca de todas, este lugar esconde los más intensos secretos de los primeros pobladores de estas tierras. Según versiones de los pobladores datan de muchos años y se han transmitido de generación en generación, se dice que el nombre de Cayo Muerto, se debe a la tranquilidad de sus cálidas aguas, otra versión de la misma es que se debe a que fue en ese lugar donde se enterró al único muerto que hubo durante la emboscada tendida por los indios al navegante Alonso de Ojeda y su tripulación el 9 de Agosto de 1499 y finalmente que el nombre del cayo es porque allí fue lugar sagrado para enterrar a los muertos, es decir un cementerio de indios, esta última versión es muy probable ya que muchos de las tribus indígenas del mundo creían que los demonios y malos espíritus le temían al agua y al estar enterrados en la isla, no serian perturbado por los demonios.
Ente los atractivos que presenta este acogedor cayo, se encuentra el cañito, un túnel natural de mangle con una variada diversidad de pequeños peces que pueden ser vistos sin el uso del snorkel. También puedes recorrer con el uso de calzados playeros la red de caminitos entre las colonia de algas y en donde se puede observar una vista hermosa hacia Cayo Peraza, Pelón, Sal y muy lejos Cayo Sombrero. 
Tiene una excelente vegetación en donde se combina el Mangle, el coco, trompecabezas y otras que le brinda al visitante un amplio espacio con sombra.
Cayo Muerto fue uno de los lugares que ingreso dentro del área de protección del Decreto de Creación del Parque Nacional Morrocoy según Gaceta Oficial 30.408 de fecha 27-05-1974, el cual por decretos y una series de reformas el estado prohibió la construcción de cualquier tipo de edificación del Parque y la demolición de las edificaciones que ya existían con un plazo de 60 días.
Esta situación resulto un tanto difícil por cuanto surgieron una series de resistencias por parte de propietarios que en su gran mayoría eran gente de muy buenas posiciones económicas provenientes del centro del país, en algunas ocasiones fue necesario hasta el uso de la fuerza publica para el desalojo de personas que llegaron al extremo de encadenarse y amarrarse dentro de las casas, otros inconvenientes importante que ocurrió durante el desalojo de los residentes del cayo fue el uso de perros bravos por parte de los desalojados en contra de los funcionarios y obreros encargados de aplicar las medidas decretadas por el estado venezolano.
En la actualidad la isla goza de una recuperación evidente, pese a los embates de la naturaleza producto del Calentamiento Global y los daños que pueda causar una parte de la población turística durante el año





Fotografías Cortesias


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