Doctor Lino Arévalo
Fue hijo de Francisco Arévalo, nació en Chichiriviche estado
Falcón. Tomo sus primeros conocimientos escolares directamente de su padre.
Aquí compartió su niñez con los demás alumnos que asistían a la escuela, más
tarde, cuando fue necesario y conveniente, fue enviado a Cumarebo su pueblo
natal, para que al cuidado de sus tíos, asistiera a colegios de enseñanza
superior, y más tarde será trasladado a Coro donde completa su bachillerato.
Iniciará sus estudios universitarios en la Universidad de los Andes, en Mérida,
y lo culminará en la Universidad Central de Venezuela, donde obtiene el título
de Doctor en Ciencias Médicas, en el mes de junio de 1.939.
Este mismo año, desgraciadamente, meses antes de graduación, el 16
de marzo, muere Dona Carmen, su madre, en la ciudad de Puerto Cabello, noticia
ésta que nos causó a todos profunda consternación (el certificado de defunción
lo firmó el doctor Adolfo Prince Lara).
Muy resentido aún por la muerte de madre, título en mano, el
doctor Lino Arévalo viaja a Coro y se entrevista con su gran amigo personal el
doctor Carlos Diez del Ciervo, quien ejercía para entonces la dirección de la
Sanidad Regional, éste le nombra médico rural de la medicatura de Tucacas, que
era ejercida para entonces por el doctor Juan Bautista Viganoni, de muy
merecida trayectoria y de muy grata recordación.
A los seis años de estadía en el cargo, en 1.946, se inaugura el
primer hospital de Tucacas y el doctor Lino Arévalo es nombrado su Director.
Tanto en Tucacas como en los pueblos circunvecinos amplía sus relaciones con la
comunidad como médico y amigo. La gente
le ha tomado gran afecto por su trato llano y cordial, y la confianza se
acrecienta por sus buenos aciertos y por el interés como se desempeña con sus
pacientes.
Esta entrega de las gentes a sus manos hace que programe y
organice visitas frecuentes a los pueblos vecinos para consultas colectivas.
Recordemos que para esa época no existía vías de comunicación terrestres
confiables. Por acá apenas en verano se podía viajar entre las poblaciones por
los caminos y trochas existentes. La comunicación más expedida era la vía
marítima, pero aún así, muy riesgosa pues se hacía en pequeña lanchas a vela o
en canoas impulsadas a remo. Al doctor Arévalo le tocó vivir en una de estas
tantas travesías una situación donde casi pierde la vida.
La actividad que tomó el doctor Arévalo como director del
hospital, era agotadora. A las consultas ordinarias se le sumaban las
emergencias, muchas de estas hechas a domicilio y en horas nocturnas. En
diversas oportunidades pensó y así lo manifestó retirarse a Barquisimeto, donde
montaría una clínica privada y así laborar con más independencia.
Esta idea se concretó en el año de 1.952, año en que ya había
dejado de existir su padre. Deja definitivamente el cargo de director del
hospital y se retirará a Barquisimeto al ejercicio privado de su profesión al
lado de su esposa Doña Carmen Bello Antich y los siete hijos procreados en
matrimonio.
Ante la inminente ausencia, la municipalidad del Distrito Silva,
le rinde merecido homenaje y le otorga una placa declarándolo “Hijo Esclarecido
del Distrito Silva”.
Fuente: HISTORIAMUNICIPAL.BLOGSPOT.COM
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