Clara Viloria
Nació en Chichiriviche (Estado Falcón), en el
año 1936, en el seno de una familia numerosa (tuvo doce hermanos), su madre
creyente se llamaba Petra García de Viloria. Siendo una niña pequeña de apenas
seis años, después de que su mamá realizó el estudio bíblico familiar, al
levantarse de la oración de rodilla, confesó su fe en el Señor Jesucristo.
Desde ese día dio buenos frutos tanto en su casa como fuera de ella.
Siendo todavía muy joven su familia se la
trajo para Caracas y ella se congregó en la asamblea de la Av. Ppal. del
Cementerio. Fue bautizada por don Guillermo Willians. Muchos la recuerdan desde
su juventud como una mujer piadosa y servicial, los ancianos de la asamblea y
siervos del Señor tenían plena confianza en ella para encomiarles cualquier
servicio a los santos.
Trabajó en la escuela dominical instruyendo a los
niños (la Hna. Damaris, la esposa de don Emisael Alvarado fue una de sus
alumnas). Fue ejemplo en su forma de vestir y de hablar, ella manifestó un
espíritu afable y apacible.
Aunque era de poco hablar, por su buen testimonio
llegó a ganar almas para Cristo, uno de ellos destacó por ser un hombre
esforzado en predicar el Evangelio y muy elocuente en la exposición de la
Escritura.
En la Editorial
La Voz en el Desierto, fue un instrumento de Dios de gran
valía, junto a don José Naranjo, don Hildebrando Gil, Juan García, Buenaventura
Torres y otros, se esforzó por años en está noble labor de la publicación de
tratados, el periódico La
Voz en el Desierto, libros (como “El Lugar de su Nombre”) y
diversas revistas de las asambleas.
Fue fiel e irreprensible hasta el final, fueron 76 años dando un olor grato a
su Señor, deja su huella entre sus hermanos y familiares. Ya anciana,
a pesar de que memoria fallaba dio testimonio de no olvidarse nunca de su
Señor. El pasado 2 de Mayo del 2012 partió a la patria celestial... Un
gran legado nos ha dejado...
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